Por Leopoldo Ponce
@leopoldoponce
El staff de Pamboleras se fue al Estadio Azul, y aunque no todos somos azules fuimos a presenciar futbol como buenos amantes a este bellísimo deporte.
Pachuca venía a la capital con la mentalidad de sacar algún punto. A los 25 minutos, los Tuzos marcaron un gol en un tiro libre. Mauro Ceja cobró y con la cabeza, Félix Borja, dirigió el balón a su encuentro con la red, y así se dio el momento sublime del futbol. «El romance entre el balón y la red”, lo que siempre buscan los que atacan y tratan de evitar los que defienden.
Después de esa situación, los dirigidos por Hugo Sánchez se echaron para atrás en todo el partido y no volvieron a pararse en territorio de la defensa azul.
Cruz Azul buscaba el empate, “Chaco” Jiménez entraba a la cancha se esperaba que en un par de jugadas resolviera el partido, pero el tiempo se iba agotando para los cementeros.
Los noventa minutos habían llegado y la gente comenzaba a retirarse del estadio sin saber que en los minutos de compensación la historia del partido cambiaría. Como buen capitán, Gerardo Torrado no iba a permitir que el público se fuera con el trago amargo de la derrota y perder el invicto. Torrado sacó un cañonazo fuera del área, vencía el marco del guardameta Cota. Tras el golazo de Gerardo los presentes se levantaron de las tribunas, entre aplausos y gritos la gente le agradecía por tal magnifica definición.
Torrado, Torrado…el capitán ha vuelto y también a la selección.